Una aventura fantástica por la flora y fauna del sur de Chile.
Olivia es una niña estadounidense de 12 años que solo siente rabia y pena luego de la muerte de su padre. Su madre, chilena, ha decidido que la mejor manera de superar este doloroso momento juntas es cambiar de aires y hacer un cambio radical: vivir con sus abuelos en el sur de Chile. Al llegar a la cabaña de monótonos colores, Olivia se siente totalmente desamparada y se consuela de tener a Max, su perro, quien nunca la deja sola. Al día siguiente, Tata la invita a pasear al bosque para así despejar la men te y conocer la flora y fauna del lugar, algo que a Olivia le fascina. En el camino se les une Diego, un niño de la misma edad que ella.
Todo va bien, hasta que la caminata se ve interrumpida por el sonido de sierras eléctricas: nuevamente están talando el bosque. Mientras Tata discute con los hombres, Max repentinamente se arranca. Olivia, desesperada, sale tras él y junto con Diego terminan cruzando un portal que los lleva al otro bosque: un espacio paralelo donde los animales se pueden refugiar del daño que les han hecho los humanos. Pero este refugio está en peligro, el portal que los protegía se está deteriorando y los árboles talados en el mundo real también se pierden en el otro lado. Olivia es la única que puede ayudarlos, insertando una baya de canelo en el corazón del bosque. ¿Tendrá la fuerza suficiente para lograrlo? ¿Podrá recuperar a Max, su único compañero? ¿O el dolor de perder a otro ser querido la detendrá?
Donde comprar:
Conoce a los personajes
Newen es un puma macho (Puma concolor concolor)
Ruda es una zorra chilla hembra (Lycalopex griseus)
Tucu es un tucúquere macho (Bubo magellanicus)
Maqui es una monito del monte hembra (Dromiciops gliroides)
Los animales, Newen, Ruda y Tucu están inspirados en animales de verdad que viven en el refugio de Fundación Romahue en Puerto Varas, Chile, en la Patagonia Norte. Newen, que significa “fuerza” en la lengua Mapudungun, vive con otros pumas rescatados, Lolo y Ayún, quienes también perdieron a sus madres cuando eran cachorros. A Ruda, la zorra chilla, realmente le falta una pata, pero eso no evitó que se convirtiera en la líder de la manada. A Tucu, el búho magallánico (o tucúquere), siempre se le puede encontrar posado en su lugar favorito, en la rama más alta de todas. Sus enormes ojos amarillos suelen seguir a los visitantes por el refugio.
Puedes ayudar al equipo de Romahue alimentar y cuidar a los animales aportando con una donación a través de su sitio web.
Diego, Max & Olivia
Abu & Tata
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